Me retiño las cejas por miedo, hipocresía, amor o inocencia.
Ya que se me han clavado astillas de espejo,
aunque no es mi reflejo lo que dicen que soy
Y me consumo,
y me quemo
Tras una sonrisa que debe ser blanca.
No eleves mi imagen tan oportunistamente,
vacía, hueca; pero debe ser bella.
No pisotees mi cara tan hipócritamente,
cansada, herida; pero debe ser tierna.
No me reconstruyas de recortes de revistas,
ni de sombras de muertas;
sino que créame de la tierra húmeda y fértil.
No me busques entre estereotipos marcados con mis lágrimas,
mejor encuéntrame en mi soberbia, amor, pasión, defectos y sueños.
Para conocerme a mí, tan solo la única yo,
sin enmarcarme en cola de novia o minifalda de puta
Tendrás que partir de mis manos
y llegar a las multitudes que danzan en mi interior
Y si me preguntas a quien le escribo te diré:
A mi soledad,
a nuestro propio encierro, mujeres
y aquellos hombres que siguen el absurdo tapete que hemos aspirado
Sandra De Fex